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Castillos de Castilla en el siglo XV. Amador Ruibal (21 de Octubre)

El pasado martes 21 de octubre Amador Ruibal nos habló de los castillos de Castilla en el siglo XV, aquí os dejamos un resumen de su clase.

El siglo XV fue un periodo importante en la arquitectura fortificada ya que los castillos se debieron adaptar a las nuevas armas de fuego y técnicas de asedio que se desarrollaron y generalizaron y cuya finalidad era mejorar las defensas e impedir el acceso enemigo al castillo. A lo largo de éste siglo reinaron diferentes reyes como Juan II de Castilla, Enrique IV e Isabel la Católica aportando cada uno de ellos diferentes elementos y soluciones que mejorarían las condiciones de defensa y habitalidad en el interior de estas construcciones como fue la incorporación de letrinas en su interior y de elementos decorativos en sus fachadas.

Escaraguaita (Belalcazar-Córdoba)
Juan II de Castilla reinó durante los años 1406 a 1454 siendo éste un periodo de relativa paz. A lo largo de su reinado se fue añadiendo a los castillos elementos novedosos como las escaraguaitas: unas torrecillas cilíndricas saledizas que se colocaban en los ángulos y frentes de torres y murallas y que sobrepasan su altura. Inicialmente eran torrecillas de vigilancia, pero con el tiempo se generalizó su uso ornamental como reflejo del poder señorial. Al ser algo típico de este siglo y del XVI, son elementos que nos sirven para datar las construcciones de una manera correcta. Un ejemplo de castillo que presenta escaraguaitas  es el de Torija en Guadalajara.
El castillo de Torija
Otro elemento que tuvo gran desarrollo ya que también buscaba reflejar el poder señorial fueron las torres del homenaje. Su altura mostraba el poder que poseían sus propietarios, y por ello, cuanto más alta era la torre, más poder tenían. Un ejemplo es el castillo de Belalcázar en Córdoba cuya torre mide 59 metros de altura, otros ejemplos de torres imponentes pero de menor  altura los encontramos en Herrera del Duque o Puebla de Alcocer, ubicados ambos en Badajoz.

Tras la muerte de Juan II, fue su hijo Enrique IV quien tomó el trono y lo ocupó hasta 1474. Durante su reinado otros tantos castillos se reformaron y ampliaron, un ejemplo es el castillo de Villafuerte de Esgueva en Valladolid, donde podemos ver un nuevo elemento defensivo: la falsabraga una barrera muraria que se coloca delante del castillo para evitar el ataque directo a éste mediante las nuevas armas de fuego.
El uso de muchos de estos castillos no era la guerra sino el de residencia nobiliaria, estos, presentaban elementos defensivos válidos para enfrentamientos vecinales o populares, pero no para auténticas guerras. Un ejemplo de esta tipología es el castillo de Portillo en Valladolid que se renovó  en esa época elevando sus muros y añadiendo la barrera exterior. El perfecto ejemplo de castillo-palacio es el Alcázar de Segovia que se empezó a  reconstruir y ampliar en época de Alfonso VIII, pasando también por Enrique II, Juan I, Enrique III, Juan II que construyó la torre que lleva su nombre pero que fue acabada por Enrique IV y los Reyes Católicos.

El castillo de Portillo
Otros elementos defensivos que se desarrollaron en los castillos fueron los muros en talud, las esquinas redondeadas, las ya mencionadas escaraguaitas (posibles antecesoras de las garitas y predecesoras de los borje) y las troneras, la más típica es la de palo y orbe que podría decirse que es una aspillera adaptada.  


Isabel I de Castilla, más conocida como Isabel la Católica se proclamó reina en 1474, junto a su marido Fernando el Católico tras la muerte de Enrique IV, lo que provocó una lucha por el trono contra los partidarios de Juana, hija de Enrique IV. A partir de este reinado se levantaron muchos castillos, unos 200, de los cuales solo seis tenían permiso real, pero también se derribaron 84, acto que provocó que se les calificara como “los destructores”. 
Bombarda con su proyectil
De esta época son las renovaciones del castillo de Manzanares el Real, que más que un castillo es un palacio y cuyas ampliaciones y renovaciones fueron realizadas por Juan Guas, arquitecto predilecto de los Reyes Católicos. Era un lugar residencial, para el disfrute.

En 1480 se desarrolló el Cuerpo de Artillería de Castilla y con ello se difundió el uso de armas de fuego como la lombarda o bombarda, cañones de tiro recto de gran tamaño y calibre y las bombarderas, culebrinas y pasavolantes, de menor tamaño.
A lo largo del reinado de los Reyes Católicos y ya después de ellos, los castillos que conocemos de época medieval se sustituyeron por las fortalezas abaluartadas. Lo vemos en la Alhambra, donde incorporan cubetes artilleros y baluartes para proteger los fosos, o en recintos cono Castell de Ferro o Salobreña donde se construyen barreras artilleras. En otros ejemplos como Almuñécar, la Alcazaba de Almería, el Castillo de La Mota y el Castillo de Coca, se abren buzoneras en sus muros y se usa el ladrillo, material bastante usado por los Reyes Católicos.
 El castillo de Arévalo, fue el ultimo transformado por los Reyes Católicos. Es un castillo que presenta merlones (muro que queda entre dos cañoneras), las almenas que se ven son un añadido de la restauración, por lo que no son originales. Frente al castillo encontramos otro elemento novedoso, el cubo artillero.

La fortaleza de Jaca
Estos castillos se adaptaron al uso de artillería engrosando y ataludando sus muros. Se buscaba dotar de defensas y facilidades al castillo para el uso de armas de fuego, por ello también se redujeron en altura y se hundían en el terreno. Pero con la creación de las nuevas fortificaciones abaluartadas, los castillos medievales dejaron de tener uso y pasaron al olvido.  Como ejemplo de esta tipología tenemos La fortaleza de Jaca (XVI),  único modelo español abaluartado que conserva su imagen original sin casi alteraciones.


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